Según dicen ,en el país de los
ciegos el tuerto es el rey.
No aspiraba a tanto.
En aras de su humildad se conformaba con guiarlos desde su penosa circunstancia.
En virtud de su soberbia , jamás reconoció ante nadie, ni siquiera ante él mismo, que era tuerto de los dos ojos.
No aspiraba a tanto.
En aras de su humildad se conformaba con guiarlos desde su penosa circunstancia.
En virtud de su soberbia , jamás reconoció ante nadie, ni siquiera ante él mismo, que era tuerto de los dos ojos.
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