Hay
una muerte próxima y humana,
la que
nos mueve al llanto y al consuelo,
la que
llega
igual
que el viento ábrego al otoño
o la nieve en invierno
porque toca,
como acude
o la nieve en invierno
porque toca,
como acude
la
helada al mes de Abril, sin previo aviso,
para
avalar que existen las sorpresas que vejan
y son
lo inevitable .
porque
la vida a veces trae esas cosas…
porque
se estaba vivo y respirando
Y luego
están las otras, las absurdas,
las
injustas, las necias , las patéticas,
las que
más duelen de tan incomprensibles.
Miradlos
ahí,
marcialmente
alineados
En
formación marcial hacia la gloria
se
diría que van uniformados,
cuando
son carne ya de desmemoria.
Ante el
paisaje insólito los ojos
no se apartan ni tienen una lágrima..
Hay una
muerte aséptica
que es
tanto o más inícua
que
aquella de las fosas de Mauthausen,
hecha
de piel, de huesos, de tendones
porque
pretende hurtarnos la constancia
del
horror y su duelo.
Y su
repulsa.
Pues
que en el pecho atónito aún nos quede
el aire
para hacer la nausea grito
No hay comentarios:
Publicar un comentario