Podía escuchar claramente sus latidos resonado hasta en el último resquicio de su cuerpo. Su corazón parecía dispuesto a estallar de un momento a otro.
De repente, sin saber cómo, en un rapto de sensatez volvió sobre sus pasos.
Rompió la nota y quitó el precinto de las ventanas.
Él no se merecía tanto.
No es que no quisiese vivir,es que no quería vivir de aquella manera.
Hizo las maletas y se fue.
Se le olvidó cerrar la llave del gas.
Aquel cabrón no se merecía menos.
De repente, sin saber cómo, en un rapto de sensatez volvió sobre sus pasos.
Rompió la nota y quitó el precinto de las ventanas.
Él no se merecía tanto.
No es que no quisiese vivir,es que no quería vivir de aquella manera.
Hizo las maletas y se fue.
Se le olvidó cerrar la llave del gas.
Aquel cabrón no se merecía menos.
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