Todo es luz.
La vida
es sólo luz.
Pálpito
de la luz.
Deseo
de la luz.
Necesidad
de luz
que
convierte a los seres y a las cosas
en
clorofila hambrienta y sensitiva.
II
El
trino es un conjuro
para
llamar al día por su nombre
y el
candor del suspiro de los olmos
cada
noche pretende
convocar
un consuelo hecho de estrellas.
Hasta
la piedra intenta su milagro.
Va
gestando en su vientre silencioso
destellos
por si acaso consiguen ver el aire
Y
siendo iridiscencia desnudarla
en su
más pura esencia elemental .
III
Pero el
hombre conoce
la luz
en carne propia.
Y tiene
su dolor sobre los ojos.
Y sobre
el corazón la intensa quemadura
de
saberla utopía inaccesible.
Por eso
se abre el pecho y se desangra
en
verbos, a la imagen
del un
dios que recrease un mundo inverso.
Y
espera que le brote , aun siendo oscuro,
torrencial
el fulgor .
Por si
es que al cabo puede,
vencida
la querencia del barro por la prosa,
trascender
en la luz.
Y
poseerla.
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