Lo
sabes,
de
nada va a servirnos rebelarnos.
La
audacia temeraria
solo
suele llevarnos a las cumbres ,
patria
de las borrascas,
de
dónde no se vuelve.
Un
paso más,
resuelto,
futuro
hacia adelante
sólo
queda el vacío
y
en su fondo
el
rumor del silencio al irse desangrando,
la
certeza inquietante de que ya sólo aguarda
el
mutismo total.
La
oscuridad.
Casi
todo fue ayer.
A
tus espaldas todavía huele
a marzo
florecido.
Aún
resuenan risas
y
el aire conserva ,sin saberlo,
en
oleadas tibias ,la evidencia
de
un batir de alas columbinas.
El
infierno reside en el espacio
que
impregna la nostalgia.
Piadosa
es la memoria
que
se niega al dolor
de
un paraíso apenas vislumbrado,
tristemente
perdido.
No
existe un ángel pétreo y justiciero,
ni
hay espada flamígea, ni hay línea
que
delimite márgenes.
Existen
tu
humanidad confesa, tus temores,
tu
acomodo al trasluz,
que
dulcifica
membranzas
puntiagudas.
Tu
contumaz,
innata,
conveniente,
inclinación
juiciosa a redimirte
sumiéndote
en el limbo del olvido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario