Todos
te quieren cerca, cualquiera entregaría
su
alma al mismo diablo
por
sentir en su carne tu venablo,
aun
desconfiando de la puntería.
Luego no pidan árnicas, no están en sus cabales,
milagroso
es que acierte
un
chicuelo que a ciegas se divierte
jugando
a emparejar los desiguales
De
pálpito en litigio
de
pasión en olvido, de fervoroso a infiel
a
pulso te has labrado el desprestigio.
Por
eso ahora, amor,
a
quien aún te canta le endilgan el cartel
de
mal poeta, loco y fingidor.
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