sábado, 12 de septiembre de 2015

Epílogo



Escucharéis  un día que  Jordana se ha muerto
y puede que os quedéis un rato pensativos
diciendo: se acabaron sus puntos suspensivos,
la música del aire dio  fin a su concierto.

Después se hará el silencio, , si algo tengo cierto
es que la vida ofrece suficientes motivos
para olvidar y nunca suelen mostrar los vivos
un espectacular apego por lo yerto.

Yo seré solamente   una sombra que aspira
a colarse en los sueños de algún loco  alumbrado
que recita mis versos al tiempo que  suspira.

Y un puñado  de polvo que   gravita en la tersa
 indolencia del éter   y lo deja preñado
de poemas nonatos   que la brisa dispersa.

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