Tarde...
Yo siempre llego demasiado tarde
a las citas valiosas
que me oferta la vida.
No sirve que adelante mis relojes,
persiguiendo una nube con vocación viajera
se me va el santo al cielo.
Veintinueve segundos
suelen confabularse en mi contra
y yo nunca consigo
descifrar el misterio de mis limitaciones
Por mucho que me invente
alas para volar detrás del arco iris,
él siempre se me escapa.
Prefiere disolverse exangüe y sin memoria
de cómo lo enervaba hasta el delirio
desnudarse al contacto de una gota de lluvia,
desnudarse al contacto de una gota de lluvia,
antes que regalárseme
Si busco amaneceres al borde de la playa,
me encuentro administrando
la luz de algún crepúsculo.
Cuando intento bailar la canción del verano
siguiendo el ritmo de las amapolas,
antes de que la música se inicie
ya están segados todos los trigales.
Veintinueve segundos,
diez suspiros
donde encuentran mis sueños su mortaja.
Pues más que nada llego con retraso
a apuntalar la hora del derrumbe
de los cimientos de aquello que más quiero,
veintinueve fatídicos segundos.
El tiempo y mi destino comparten sus enigmas.
La única certeza
es que los infinitos absolutos
y mis derrotas mínimas
gravitan por igual absurdamente
sobre lo relativo.
Veintinueve segundos llego tarde
O treinta siglos antes ,acaso.
¿ Quién lo sabe?
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