"Muchas veces me pregunté de qué servía
esperar durante tanto tiempo
a alguien que no existe..."
esperar durante tanto tiempo
a alguien que no existe..."
Idoia Laurenz
A
veces me pregunto
de
qué sirve esperar desesperando
por
algo que no existe.
Una
verdad desnuda que no ofenda .
Un
sincero decir cuyo rigor
no
lastime la piel más avezada
del
alma más estoica.
Una
luz que no hiera la retina ,
volviéndola
una llaga, ni maltrate
los
delicados pétalos del lirio.
Un
color sin usar que les reintegre
a
las flores de ayer sus ilusiones
de
eterna lozanía y de frescura,
un
soplo seductor que les inspire
las
ganas de volver a perfumar.
Un
beso que no queme
Un
labio, que ,entregado a la clausura,
no
se convierta en frío.
Un
sonido que obligue
a
desvelarse a la palabra inédita
que
dormita escondida en el envés del aire ,
capaz
de redimir todo poema,
sabiendo
transformar su tesitura
en
música al llegar a nuestro oído,
Un
verso que nos salve.
Un
amor generoso que antes o después
no
nos haga llorar.
Una
gota de agua ,
más
salada o más dulce,
que
no siga su innata vocación de correr
y
no se entregue
cada
vez a esa ciega pasión con más premura.
Que
más temprano o tarde no termine
perdiéndose
en el mar.
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****
A
veces me pregunto
de
qué sirve esperar desesperando
que
se materialicen las quimeras.
Yo
sola me respondo:
esta
liturgia,
digna de iluminados y dementes,
solo
tiene un sentido razonable:
No
echar en el olvido
la
costumbre tan sana de esperar.
Porque
en los días de los esperanzados
suelen
ser las auroras más risueñas.
Y
siempre ven sus ojos
un
cielo más azul, más limpio y más sereno.
Un
recreo asequible
en
el que cualquier pluma
sería
afortunada deleitándose
en
el grato abandono
de
su gracilidad desmadejada.
En
el que hasta una piedra,
antes
de que la engullan los abismos
y
apurando
ese
minuto y medio de gloria que le toca,
con
un poco de impulso,
-con
un poco de suerte-
podría
planear.
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