Qué
arduo es encontrar un buen abrigo
en este
maremagnum sin medida
que,
por simplificar, llamamos vida
que no
sea la hondura de mi ombligo.
Cómo agota bregar con la sabida
contradicción
de ser, me, mí ,conmigo,
naufragio
en soledad, piel que mendigo
la espuma de otra piel embravecida.
¿Y qué
puedo perder, si hecha pedazos
zozobra
mi esperanza ? Aun siendo escasa,
apuesto
mi ilusión contra mi suerte
Sueño
que al ver el puerto de unos brazos
sepa
mi corazón que llega a casa.
Poco importa que luego llorando me despierte.
Poco importa que luego llorando me despierte.
.
No hay comentarios:
Publicar un comentario