Se
gestan sordamente los ciclones
en un lugar del pecho y la tormenta,
grávida de furor, crece y revienta
colmada de emociones.
Refulge un brillo azul que hace jirones
la paz de la pupila y se acrecienta
un rumor denso y hosco que apacienta
oscuros nubarrones.
El destapar la caja de mis truenos
-Ya sabéis , mucho ruido y pocas nueces-
no consigue dejarme muchas veces
los ojos más serenos.
Que únicamente alcanzo a sosegarme
cuando consiento al fin en diluviarme.
en un lugar del pecho y la tormenta,
grávida de furor, crece y revienta
colmada de emociones.
Refulge un brillo azul que hace jirones
la paz de la pupila y se acrecienta
un rumor denso y hosco que apacienta
oscuros nubarrones.
El destapar la caja de mis truenos
-Ya sabéis , mucho ruido y pocas nueces-
no consigue dejarme muchas veces
los ojos más serenos.
Que únicamente alcanzo a sosegarme
cuando consiento al fin en diluviarme.
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