A veces
necesito distanciarme...
Poner
millas por medio
entre
mi lucidez y mis naufragios
Huir,
no sé
de qué,
a no
ser de la náusea de saberme
rehén
de las resacas
No sé
de quién
acaso,
más que nada de mí misma,
de mis
contradiccciones,
de mis
desvalimientos.
Se hace
necesario
escapar
de este círculo vicioso
donde
la luz deslumbra y nos obliga
a ser
seres radiantes .
Es un
imperativo
desvivirse
en bregar océanos adentro ,
en
busca la una tierra de sombras bienhechoras
donde
sea posible
tirar
todas las máscaras ,
vivir
cómo te plazca, sin tener otra urgencia
que
escandir los largos minutos de la vida,
como
si fuesen versos ,
que
escuchar tus latidos desmayados
y
luego traducir lo que te cuentan
a
ritmo endecasílabo,
edificando
en torno a sus acentos
un
remanso de paz,
donde
la soledad acaba siendo cómplice
y el
silencio se vuelve preludio de la música.
Poner
rumbo a mi Isla Poetaria.
En sus
playas recalan en busca de reposo,
sin
dramas y sin ruido,
los
pecios que se salvan de todas mis catástrofes
Hay que
recomponerlos.
Todo es
cuestión de mimo ,de paciencia
y de
primor.
De
tiempo
Después
toca volver
Desde
la otra orilla
llegan ecos de voces tentadoras,
llegan ecos de voces tentadoras,
que
hablan de lumbre y pan que huele a horno,
de
lecho tibio,
de amor
en compañía...
Volver
, hay que volver
sin más
remedio
Cuando
ya no supuren
hieles
ni resquemor las cicatrices.
Y se
instale en la piel la resiliencia
Cuando
el olvido sea una palabra
cuyo
significado se ha olvidado,
volver
, hay que volver...
Yo
vuelvo siempre...
Teniendo
un poco más la voz de espuma,
de sal, de lejanía...
de sal, de lejanía...
y de
infelicidad,
regresaré
hasta el mundo prosaico que me toca .
Cualquier
día de estos , en que al Norte,
caprichos de un azar indescifrable,
caprichos de un azar indescifrable,
vuelva
a rolar el viento.
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