Yo no preciso más
que este agujero
que, sin nombre en
los mapas, se adereza
de la serenidad y la
tibieza
para quitarse el
rispo de lo austero.
No voy a presumir de
que me muero
porque no muero
ya, que la cabeza
no me desbarra
aún...Es, con franqueza,
que en él me sueño
tal y cómo quiero
Destilando
amargores, cada hirsuta
arista de su espacio
la decoro
con una ardiente
estrella diminuta.
Tal jilguero
extasiado es mi latido
que el silencio
consigue hacer canoro
hasta que el
respirar cobra sentido.
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