a base
remiendos y retales.
Una
silueta inmóvil,
de
brazos desmayados, recortada
contra
un cielo plomizo ,
un
triste despropósito
al que
acuden los pájaros más tristes
-los
que ya nunca cantan-
a
posarse a lo hora del crepúsculo.
Nadie
te dijo aún
que
resultas patético,
sumido
como estás en la constante
paradoja
de tus contradicciones
Ah,
claro , lo olvidaba,
vivimos
en un mundo
en el
que la verdad desnuda ofende.
Hoy por
ti
y
mañana por mi, disimulemos...
Digamos
que es “rasé”
esa
pose de monigote inerme
de
hierática elegancia.
Condenado
a confiar
en un
soplo de brisa para sentir que hay algo
que te anima, te enerva y te estremece.
Para
fingir que dentro
sigues teniendo todavía un alma.
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