Imposibles
-o
casi-
proyectos
de persona
con
torcidos renglones delinea el destino.
A
nosotros nos toca malograrlos.
-O
no...-
Yo
,desde siempre,
me
he entregado a cumplir , perseverante,
su
encomienda fortuita
y
casi lo he logrado.
Casi
he
tenido en la punta de la lengua
la
palabra precisa.
La
sutil y punzante,
la
aplicada
la
que horada y expurga
nuestras
contradicciones
la
que hiere y define
y
llama por su nombre aquello que nos duele ,
la
que arrulla y amansa
y
nos consuela...
...la
que nos quiere sabios y no se rinde nunca
hasta
que no desvela las frágiles verdades
del
alma de las cosas.
Casi
he sido poeta.
Casi
he
sentido en la punta de los dedos
el
tacto de la vida,
su
lado más sedoso y más risueño,
aquel
que alcanza
a
opacar el runrún con que se anuncian
como
una omnipresencia poderosa
las
ruindades del frío,
a crear la ilusión de que es posible
el
continuar indefinidamente
coleccionando
alegres primaveras.
Casi
he sido feliz.
Casi
he vivido.
He consumido las siete octavas partes
de
mi tiempo y mi empuje .
Ya casi he muerto.
Hoy
toca lo que toca...
Estoy en ello.
Ahora
me consagro
a
matarme a poquitos.
A
malgastar los cuatro o cinco instantes
sin
duelo que me quedan
en
disfrutar del aire .
En
respirar sin límites,
apasionadamente,
confiándome
a su dulce consunción amorosa ,
mientras
me quede aliento.
Sé
que esto no es algo
que
se pueda dejar también a medias.
No hay comentarios:
Publicar un comentario