Ahí
fuera anochece, los pasos del invierno
resuenan
cada vez más aprisa y más cerca,
La
Luna ya no quiere bañarse en nuestra alberca,
ahogada
en hojas ocres dormita un sueño eterno.
Para
lidiar la vida , rigor en desgobierno,
cada
día que pasa otra vuelta de tuerca,
no nos
sirve el capote de mi sonrisa terca,
quedó
desangelada ante el helor interno.
Dan
ganas de ovillarse...quién no añora el seguro
amparo
de una madre, un cálido regazo,
algún espacio a salvo de temores o iras...
Ya solo
tú me quedas, tu nombre es el conjuro
contra
la soledad y mi patria tu abrazo.
Abril
en la mirada tendré si tú me miras
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