sábado, 22 de abril de 2017

Con nocturnidad




Entre parafernalias de fuegos de artificio,
otro día agoniza
y sigilosamente,
como un gato
- bien pardo, por supuesto,-
otra noche se acerca.

En cada anochecer siento lo mismo:
la extraña sensación
de haber atesorado sin saberlo
algo valioso y raro entre las manos,
un pétalo, una pluma,
un destello, una lágrima, un suspiro...

Y de haberlo dejado huir sin darme cuenta.

Habrá cantado un pájaro,
la brisa habrá soplado sobre mi piel ardiente
alguien me habrá sonreído,
alguien me habrá mirado
sin verme, 
de igual modo
que lo he mirado a él,
con los ojos cegados de pura indiferencia.

Habrán nacido niños
mientras morían seres, tocados al azar,
en la ruleta loca
de este mundo que gira
y gira
y gira
y continúa
devorando a sus hijos ciegamente,
según pide su inercia.

Y yo, habiendo tenido el raro privilegio,
de poder ser testigo de excepción,
absorta como estaba en descifrar
mi propio solipsismo,
ni simple e involuntaria espectadora
he sido tan siquiera.

Entonces sé que debo
remediar mi descuido en lo posible
y, alevosamente y con nocturnidad,
escribirle a la vida otro poema.

No hay comentarios:

Publicar un comentario