Me
sobran las palabras
para
decir tu nombre.
Me
basta con sentirlo,
tal y
cómo lo siento,
preñándome
a emociones
el
corazón.
Buscando
aflorar
a la luz y pregonarse .
Tu
nombre,
qué
feraz
ascua viva y urente,
qué
agonía feliz sobre mi boca,
ya es
un suspiro ardiente sobre el viento.
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