Ya lo
sabes,
yo soy
lo previsible.
La que
siempre está ahí cuando amanece.
La que
abre la ventana
para
que entre el Sol,
la que
se deja
la
piel en el intento
de
matizar la luz de sus estragos.
La que
le espulga al aire sus espinas,
sus
rumores agrestes,
sus
posos de amargor.
La que
,con vocación de desahuciada,
le
presenta batalla a la existencia
con
uñas y con dientes
del
alba hasta el crepúsculo
y a pie
firme soporta
todas
sus embestidas sin pensar
siquiera
en la derrota.
La que
sobre sus hombros fatigados
sustenta
los pilares de tu mundo
y esas
cuatro paredes entrañables
que
forman una casa
y
llamamos hogar, si hay quien lo cuide.
La que
sabe ser sólida
y a la
vez es prolífica en satenes.
La roca
del milagro,
capaz
de prodigarse en manantiales
de
gestos que son bálsamo sobre cualquier herida
y
mitigan lo urente del dolor.
Ya lo
sabes, yo soy lo previsible,
lo que jamás te falta
y que nunca faltarte debería,
y que nunca faltarte debería,
la
madre, la entregada compañera,
la
amiga, el alma próxima,
la
amante.
La que
en el corazón cobija un pájaro
que
canta sin cesar con tal de hacerte
el día
más risueño.
La
mujer,ese ser que no conoce,
en su fragilidad, lo que es rendirse.
en su fragilidad, lo que es rendirse.
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