Hoy sí,
hoy ya
podéis llamarme
tal y
cómo os plazca.
Jordana
, que es el nombre
que me
recuerda al agua que ríe mientras fluye
y es
este que yo elegí por mi gusto .
O
Yhedra porque tengo
verde
el gracejo y el regusto amargo.
Hoy ya
sé que no hace
el
hábito al monje.
Si me
llamase Nieves no sería
por eso
menos pétrea
mi
lógica o bañada en más albura
mi
placidez.
Remedios
no me
haría más suave o más idónea
para
para servir al triste como paño de lágrimas.
Podéis
llamarme amiga o compañera
con la
plena certeza de acertar,
lo
mismo
que si
os diese por llamarme Cándida
O
Emilia, si os complace
ese
nombre de pila.
Dolores
me vendría
tal
como anillo al dedo.
O
Soledad , o Angustias ...
O Martirio, u Olvido...
O mejor- de existir y con toda justicia -
me podríais llamar Desesperanza.
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