lunes, 14 de agosto de 2017

Días feriados


Hoy debería ser
uno de esos días luminosos
en el que el aire es tan transparente
que si siquiera pesa y va impregnando
el pecho de la gente de exquisitas
fragancias hechiceras.

Y sin embargo aquí estoy yo, sofocada
en acidez granítica y en sórdidos rumores.

Hoy debería ser un día amanecido
para fluir por cauces satinados
de plácida tersura
entre goces sencillos hacia ocasos serenos
y no este resquemor
de sangre descarriada.

Hoy debería ser una noche de esas
en las que a nadie acecha una congoja
en las que solo cabe concebirse
preñado de la más pura ilusión
y rezumando albricias

Sembrar de paradojas
los solares de sal,
donde los años
fueron depositando como un légamo
perdidas esperanzas
y domesticidad,
así es la vida.

Y, luego, cosechar contrasentidos.

¿Cómo se puede recordar aquello
que  jamás se vivió?

Sadismo puro,
con tal de atormentar nuestro retiro,
fiel la memoria del envés del éter
guarda la imagen de las emociones
que casi ni supimos que soñamos.

De qué modo se vuelve
un angor insufrible la añoranza
por todo aquello que nunca se perdió,
pues nunca se ha tenido.

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