miércoles, 27 de septiembre de 2017

Amotinamiento


No caben
las certezas, las dudas, los temores...

Es el dolor tan hosco
y tan exiguo el pecho
que no caben,
escapan raudamente ,alborotando el cielo
como una desbandada de enloquecidos pájaros.

Bulliciosos profetas
de un amotinamiento salvador
nacido en el abismo.

Música fraudulenta para sordos,
quimera de arrobados,
viajan
creyendo en el milagro de un oído
que sepa descubrir tras los rumores
del silencio su rastro redentor.

Han de llegar,
después de atravesar tantos vacíos,
hasta ese espacio extremo y calcinado,
sin memoria de un hombre
ni la huella de un dios.

Escucharán en éxtasis las piedras
su voz, que suena exhausta
como el postrero canto de los cisnes.

Y en el cielo violeta de la tarde
se encenderá un nuevo resplandor.




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