miércoles, 27 de septiembre de 2017

Candor


Vamos publicitando por rincones cohibidos posturas escafándricas.

Vamos desdibujando los impulsos de estopa
de la virtud salobre a fuerza de estoicismo
sobre el altar mayor del sin remedio.

Vamos dejando hilachas de estertores
que escupen copos cínicos
de maíz sazonado con un e-nosécuántos
- muy bajo en calorías-
y de angustía transgénica
sobre todos los fobias a las almas fauvistas que tiene el horizonte.

Y no nos pasa nada
en la voz.
No nos tiembla
ni se nos vuelve fetidez de estiércol.

Ni nos crecen jardines de algas radiactivas sobre la anafilaxis de la lengua
profesa en las encíclicas.
Ni en los dientes anidan legiones de paisano de cucarachas lúcidas
Ni llegan relamiéndose ríspidos clavos tallados en berilo
para crucificar la carnosa elocuencia de los labios
culpables de anatema y osadía.

Ni el cielo se derrumba .

Ni varían su rumbo las terribles manadas de tragedias que acaban de rifarse
- ¿ A quién le tocará? ¿ Quien tiene el cuatrocientos
millones ochocientoscuarentayochomildoscientosdiecisiete?-
que que viene a nosotros, vía Obús-Exprés, desde el infierno.

Ni siquiera desiste
de comerse-primor sobre el alero-
su botín de lombrices aquel pájaro.

Sólo nace un poema.

Y alienta , como todos,
en su candor ,las fuentes
de nuestra fantasía,

En un absurdo anhelo irredimible
de ser eternidad.











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