Se me
ha vuelto el espejo de repente
mi más leal y mágico aliado,
me devuelve un óvalo agraciado
me devuelve un óvalo agraciado
y una tez
de color opalescente
Ha optado por mostrarse más prudente,
acaso
temeroso de mi enfado,
o la luz cenital lo ha enajenado
o la luz cenital lo ha enajenado
O es
que lo limpio poco últimamente...
Puede
ser que a caballo de mi historia
me haya
agenciado una dioptría
de más
y ya no vea la evidencia.
Pero
mirarme en él es pura gloria,
que me
encuentro más joven cada día.
Pronto
me veo en plena adolescencia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario