Los
rostros ya se van desdibujando,
apenas
son las sombras que atraviesan
camposantos
de niebla en los que pesan
las
penas que se van multiplicando.
Las
voces son rumores que regresan
desde
el envés del tiempo, violentando
la paz
del corazón , y aglomerando
sobre
el aire suspiros que nos besan.
Ni
siquiera nos salvan los aromas,
que
ante la noche próxima han huido
como
una desbandada de palomas
Nada
que recordar deja la vida
solo
esa sensación de haber sufrido
y haber
sido feliz , que no se olvida.
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