Tantos
árboles , tantos,
que
hubieron de ceder, de buena o mala gana,
la
pulpa de sus ramas para hacer el papel
en el
que publicar tantos y tan inútiles
catálogos
de sueños.
Tantas
palabras ,tantas
usadas,abusadas
,retorcidas,
exprimidas
al punto de la extenuación
con tal
de sonsacarles cualquier destello mínimo,
alguna
ensortijada filigrana
que
regalarle al aire
y
disculpe el hablar , sacrificando
la
virtud del silencio.
Tantas
y tantas horas
malgastadas
- o
no-
en
hacer inventarios de amores y fracasos ,
justificando
culpas,
intentando
explicar lo inexplicable,
la
distancia imposible que separa
dos
soledades,
dos
desolaciones,
dos
manos que se buscan.
Tantos
poetas , tantos
seres
desventurados de triste alma noctámbula,
que
vagan por las rutas del insomnio,
dejándose
la piel y la cordura
en
perseguir la esencia de su sombra
sin
lograr descifrarla.
Tantos
“tantos” unidos
-yo uno
más entre ellos-
para
tan poco...
apenas
si muy
someramente hemos rascado
el
barniz de misterio,
su
médula exquisita
no ha
sido concebida para ser profanada
por la
boca del asno
Si
pudiese
ahora
mismo dejaba esta manía absurda
de
ejercer de poeta.
Pero
mucho me temo que debo resignarme...
Que
soy otra entre tantos
que a
dejarse la vida persiguiendo imposibles
nació
predestinada.
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