Una
azucena náufraga en el mar
es la
definición del desconcierto,
se
aferra al sueño de que existe el puerto
de un
jardín de corales y es su hogar.
Con qué
juego de magia especular
te
condujo la Luna hasta su huerto
abonado
con sal y te hizo cierto
que no
había peligro en su rielar.
Ebria
de luz, te sientes compatriota,
por
nívea, de la espuma y la gaviota,
esplendor
que seduce a las sirenas
! Qué
cruel tu despertar! Abrir los ojos
será
reconocerte en los despojos
que el tiempo regurgita en las arenas.
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