martes, 17 de octubre de 2017

Llamémosle milagro


Nunca es cosa de tiempo y de paciencia
atrapar el suspiro que levita
en el trasluz del aire y deposita
sobre tu tosquedad su transparencia.

No sé si no será casualidad
que él no haya nacido para espeso
y yo haya consentido a cada hueso
de mi alma el hacérseme oquedad.

Solo sé que su tacto me sugiere,
roce y llaga de luz, la tesitura
que nos regala un cisne cuando muere.

Por eso día y noche me consagro
a desvelarle al mundo la hermosura
de su nombre. !Llamémosle milagro!.







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