No me
gusta dormir. Yo no me pliego
a la
pequeña muerte cotidiana,
solo
tras trasnochar, de mala gana,
ante su
tiranía me doblego.
Nunca
suelo soñar, no acepto el juego
de mil
technicolores que desgrana
Morfeo
en mi cabeza y que se afana
en
convertirlos en olvido luego.
Prefiero
diseñarme los gorriones
a
medida y la noche desvelada
llenarla
de su encanto y su alegría
Pájaros
de papel,ensoñaciones
que no
escapan volando de mi almohada
con las
primeras luces de otro el día.
Excelente
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