Qué
extraña es esta luz de mediodía
cuajada de espejismos , que atesora
destellos
temblorosos y a deshora
nos
malhiere con tanta alevosía.
Cómo
turba el enigma de la orgía
que
madura la mies y que enamora
el
trino del zorzal, mientras devora
la flor
en plenitud de lozanía.
Es, más
que la pregunta, la respuesta
lo que
se va gestando y el recelo
de la
certeza hunde su venablo.
Que ,en
el álgido cenit de la fiesta,
la
negrura enmascara un burdo anzuelo.
Y que
todo esplendor lo carga el diablo.
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