Ya
no te quita el frío la camisa
en
cada atardecer , ni aunque recojas
sobre
la piel las llamaradas rojas
de
una luz cada vez más indecisa.
Del
mismo modo que arrumbó las hojas,
barrió
el viento los ecos de la risa;
hoy
llegan camufladas en la brisa
ciertas
premoniciones de congojas.
!
Cómo pueden llegar a ser traidores
estos
Idus de Octubre! ! Con qué empeño
acercan
de Diciembre los rumores...
Nos
queda la ebriedad...¿ Qué dulce mosto,
qué
compañía inducirá el ensueño
de que el solsticio frío es pleno Agosto?
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