Por
los que regalan con palabras suaves
a
los que se olvidan,
por
los que convidan,
poniendo
sonrisas en vez de canela
en
los bienmesabes,
a
los olvidados,
por
los desahuciados
que
recuerdan siempre abrir su cancela
y
te dan las llaves
de
su corazón.
Por
los que incineran sin pensar sus naves
y
comparten ruinas con los expropiados,
por
los que manejan su barco velero
y
van , arriesgados,
rumbo
a sus honduras,
por
los que navegan por sus amarguras,
sin morir ahogados
asidos
tan solo al frágil madero
que
les proporciona una barca varada,
espuma
tintada
de
roja emoción.
Por
los esforzados
que
pintan deseos e islas caribeñas
en
los horizontes
más
desangelados,
por
los polizontes
por
los que decoran las cosas pequeñas
con
gusto y cariño
por
los que patean con pasos de niño
rutas
de hojarasca por parques extraños
Por
los que entrelazan con manos de armiño
sogas
con que ahorcar
sus
íntimos daños
Por
los que que atribuyen su flota de males
a
un manipular
de
seres astrales
en
canicular
confabulación.
Por
los que levitan
a
base de versos y soda.
Por
los que palpitan,
por
los que se toman cualquier cosa a joda,
por
los que discurren
y
van bifurcando mil veces sus planos,
por los que se aburren
de
acopiar pelusas
y
las van dejando de cebo a las musas
en
los avellanos.
Por
los que recurren
ahorrándose
el trago de curvas y excusas
al
vaso de ron.
Por los que tiritan,
cuando
fulge el verbo que los enamora
Por
los que destejen versos a deshora
Por
los que se irritan,
por
los que si gritan
es
para pecar.
Por
las esas docenas
de
locos magníficos
de
mentes libérrimas y labios prolíficos
que
estar para atar.
Por
los que escribimos,
por
los que vivimos
a
pesar del ácido ciclo lunar
llenos
de ilusión,
ya
quiero brindar,
porque
esto es el cuento de nunca acabar,
comer
y rascar
sufrir
y versar,
bien
lo saben muchos, suelen ser los vicios
que
rompen mis quicios,
todo
es empezar
saberse,
se saben muy bien los inicios ,
lo
que no consigo es finalizar...
Conque
alzo mi copa,
que el tiempo galopa,
antes
que las doce nos vuelvan a dar
y
un año nuevo comience otra vez
sin
anunciación.
A
este le pido,
Dios
oiga mi prez,
pues
lo archisabido...
salud
lo primero,
algo
de dinero
y
si puede ser , no es mucho pedir,
un
amor de aquellos que hacen lucir
hermosa
la vida.
Bebed,
que convida
a
tal la ocasión.
Que
nadie repruebe
con
su admonición
si
no he sido breve.
Y
que el año entrante , sin una excepción,
a
todos nosotros se nos haga leve.