Te
enseñaré a tocar la melodía
que
mi piel atesora. En un momento
un
virtuoso serás del instrumento,
bastan
tus dedos y mi fantasía.
Nací
mujer orquesta. Cada día,
según
la dirección que lleve el viento,
soy
banyo ,saxofón de triste acento,
arpa,
guitarra, flauta, chirimía…
Guarda
arpegios mi boca. Mis pezones
son
la clave de sol. Si el vientre arqueo
los
suspiros prolongo en calderones…
Compongo,
si me alcanzas la utopía
de
acompasar tu ritmo a mi deseo,
la
décimonovena sinfonía.
También
puede ocurrir que un desafecto
me
haga desafinar… Nadie es perfecto.
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