Nunca
dudó que más allá del agua
no
hubiese más que agua
elemental
y azul.
Y sin
embargo
sintió
que por momentos
su
líquido universo se volvía
más
ligero y traslúcido
y algo
en su interior
se le
adensaba
Sorpresa
atónita
y redonda es lo que había
en los
ojos del pez.
Incrédula
me
reconozco sobre sus espejos.
Resultaba
lo lógico pensar
que al
amor que es un verdadero amor
sólo
el amor le sigue
y no
esta gelidez
de
existencia escarchada,
y no
este lacerante
estupor.
Hoy lo
sé:
existen
ocasiones
en las
que el horizonte es tan inasequible,
tan
oscuro y tan ruin
que es
mejor ahogarse.
Y
confiar en que quieran las mareas
depositar
tus restos,liberados
del
miedo y el dolor,
donde quieran los vientos y el destino.
Ser un destello más
de nácar descuidado,
otra concha
otra concha
que toma el Sol y olvida
sobre
la arena espléndida
de alguna playa ignota y olvidada.
de alguna playa ignota y olvidada.
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