sábado, 14 de abril de 2018

Leña al mono





La niña María,
que era la alegría
mayor de su casa y era en su calle
la más linda flor,
de noche y de día
soñaba que habría
un príncipe azul para ella,
que un día
vendría
a buscarla el amor.

Cómo ya es sabido
para un descosido
nunca falta un roto y un conde de malva
la vino a buscar.
Hoy tiene marido
pero ya ha sabido
que hay sueños que tienen
muy mal despertar.

Estribillo

No sabes guisar,
no sabes planchar,
no sabes hablar,
estás ya muy gorda,
te huele el aliento,
revientas mis chistes,
ni entiendes de nada,
ni sirves pa ná.

Dale,
leña al mono,
dale,
pero ten cuidao,
que no queden señales...

Dale,
leña al mono,
dale y dale,
dale sin cuidao, que así
no se ven  las señales.

La niña María
tras su celosía
se iba marchitando y poquito a poco
perdía el color
y se consumía
porque comprendía
que nunca te trata con ese derroche
de descortesía
el que siente amor.

Mucho le ha costado
pero se ha cansado
de aguantar estopa ,sufrir en silencio
y lloriquear.
La cabeza ha alzado
y ha determinado
que si es malo el sueño,
mejor despertar

Estribillo

No sabes guisar,
no sabes planchar,
no sabes hablar,
estás ya muy gorda,
te huele el aliento,
revientas mis chistes,
ni entiendes de nada,
ni sirves pa ná.

Dale,
leña al mono,
dale,
pero ten cuidao,
que no queden señales...

Vale,
hasta aquí llegamos, vale,
que aunque no se vea
tengo negra  el alma 
por los cardenales.

Vale,
te has pasao tres pueblos, vale
búscate otra idiota
que aguante
tus malos modales.

Vale!
Vale!
Vale!