martes, 16 de abril de 2024

Traición vital


Rarezas que de láudano me empapan

son estas horas plácidas, serenas,

que hoy me obsequian quimeras que derrapan

al rapear al ritmo de mis penas.


Mariposas de humo, que se escapan

de mis dedos, ungiéndolos apenas

con un polvo dorado, en el que atrapan

remembranzas de rosas y azucenas.


Y ese olor a ceniza, que se adhiere

a la piel del espíritu y le impone

la sensación de estar tan desvalida...


Toca inventarse el sueño que se quiere,

no importa a qué recuerdo se traicione,

pues solo sobrevive aquel que olvida.


domingo, 7 de abril de 2024

El Día de la Marmota

 


Cada día es igual,

el mismo esfuerzo ingente

de tener que intentar abrir los ojos

a un mundo que aún sigue

girando, como ayer, enajenado,

cargando a sus espaldas un enorme hormiguero

de seres afanados e infelices.


Y tener que mirar

de frente tus problemas.


Comprender que eres solo

una más que no importa,

a la que nadie habrá de echar en falta

cuando caiga la tarde.


Pero que, aun así, esperan todos

que seas esa Roca del Milagro,

fuerte e inconmovible,

lo mismo que el acero inoxidable,

y a la vez te muestres

encantadora, tierna y sensitiva.


Me hacen percibir

que debo de afrontar, al descubierto,

sin ninguna anestesia, los embates

feroces de la vida,

sin quebrar en las pérdidas,

ni llorar en los duelos,

sin abatirme ante los fracasos

ni derrumbarme ante las derrotas,

llevando siempre la sonrisa puesta.


Sin que nadie

se haya molestado jamás en preguntarme

si es que puedo.


O si quiero.


Porque no me resulta ya nada divertido

el fatigoso viaje circular,

que sé bien que no lleva

hacia ninguna parte.


Dan ganas de gritar:

! Que pare ya este absurdo carrusel!

que yo quiero bajarme!

Entomología



Apenas si recuerdo vagamente

ya desde dónde vengo.


Y eso que he tratado de esforzarme

al andar los caminos, señalando mi rumbo

con hilachas de mí,

que a base de abrasarme en el instante,

van dibujando a fuego un mapa mudo,

y quedan adheridas

en espinos y piedras.


Igual que un entomólogo,

hechizado

por el roce ligero

de unas alas de seda ,

que sigue sus derrotes, pues pretende

llegar a hacerlas suyas 

e imperecederas,

yo atrapo los momentos

-ya se sabe

lo frágil que es el tiempo,

cómo vuela-

Da lo mismo

si son o no sublimes,

todos tienen

un algo que merece celebrarse.

todos llevan implícita en su esencia

la condición de únicos.


Por eso yo les rindo mi homenaje

de admiración y reconocimiento.


Y, queriendo guardar intacta la impresión

fugaz de su belleza,

hago el intento vano

de dejarlos grapados toscamente

sobre la frágil piel de la memoria

en forma de poemas.


Qué gran acto de fe

-o acaso de mayúscula estulticia-

creer que algún futuro,

que no sea el del polvo y el olvido,

les espera.

jueves, 4 de abril de 2024

Los poetas que no amaban a la Poesía



Quisiera suponer que, a su manera,

también ellos la aman.


Pero sin duda es un modo extraño

de amar,

puedo admitir

que andar prostituyéndola, poniéndola al servicio

de las causas prosaicas

y haciendo que su lengua

se retuerza, se trabe y se desdiga

de su naturaleza,

llegue a ser una forma

de conseguir un goce apetecible

para algunos espíritus.


Pero no permitirle que luzca en su esplendor

y aflore su hermosura

y que dance,

al ritmo que le marca

su propio corazón, arrebatado,

cuando siente la música secreta

de la brisa o la lluvia,

resulta de un sadismo innecesario.


Yo la prefiero pura

y liberada

de cualquier servidumbre que no sea

la de ser portavoz de los sentires

más íntimos y auténticos

a base de aprestarse a sublimarlos

con una cobertura de belleza

que hace cualquier drama

o cualquier esperpento digerible.


Podéis llamarme loca

o cursi

o anticuada,

yo siempre he pretendido definirme

mujer sin adjetivos,

que hace fundamento de sus nombres.


He llegado hasta aquí

sin retractarme

y hoy por hoy,

le pese a quien le pese,

quisiera hacerle honor al de poeta.

 

lunes, 1 de abril de 2024

Llaga y candela


 

Siento una llaga urente y no consigo

exprimirle el dolor que la alimenta,

pues, igual que mi piel o mi osamenta,

donde quiera que voy, viene conmigo,


Con tal de soportarla, hasta me digo

que nunca hay mal que un bien no traiga a cuenta,

que su marchamo rojo me ornamenta,

igual que una amapola sobre el trigo.


Candelilla votiva, que encendida

dentro del pecho, en su latir proclama

fervientemente su razón de vida.


Por cada ausencia se prendió tal llama...

Es mal de muchos... sufrirá esta herida

-más pronto o tarde- todo aquel que ama. 

sábado, 30 de marzo de 2024

Privilegio mínimo




Ser el árbol caído

del que nadie hace leña

y se pudre en el barro,

sin más duelo

ni más pena ni gloria

su corteza.


Al tiempo que su pulpa

recobra poco a poco la memoria

de su ser mineral,

esa materia

final e inalterable,

encadenada al rito universal

de la eterna mudanza.


Cómo se regocija cuando nota,

cómo la vida pide con pujanza

urgentemente paso

y ahora sirve

-qué privilegio mínimo-

de alimento a las setas.


Puntualmente

 


Hasta aquí llega el aire, no han podido

los muros interiores- con su anchura-

impedir que se cuele con premura

para aliviar mi pecho dolorido.


Y con él, el impulso de la pura

vocación de ser voz de acento ardido

que, aunque le ha puesto empeño, no ha sabido

ahogarla la aridez de la clausura.


Qué bendición, que, tal como se espera,

regreses puntualmente, primavera,

a despertarnos viejas sensaciones.


Y a recordarle al corazón cansado

que se debe al latido, que has llegado

para inspirarle inéditas canciones.

Recogi- miento




Es por comodidad que me desvisto

de cualesquier ropajes,

siempre pesa

sobre la piel la mínima impostura

de un barniz, que nos preste lo radiante

que el protocolario shwo mundano

a diario nos demanda.


No preciso

nada con qué cubrirme en este predio

de sombras en que habito por mi gusto.


Ni siquiera echo en falta

otro calor,

me basta con sentir

la suavidad con que me abriga el nido

el protector silencio.


No llegan hasta aquí

los insufribles ruidos de un mundo demenciado,

hasta se acalla incluso

el runrún a carcoma del perenne

dolor existencial.


Se podría decir

que, inesperadamente,

encerrada en mí misma,

absorta en definir bien los matices

de mi recogimiento,

acabo de encontrar lo más cercano

a una especie de utópico,

improbable

y ansiado paraíso.


*****

Luego,

a la fuerza,

acabas por saberlo:

Es ese punto álgido de soledad y hervores

que alcanzan los desiertos más inanes

el caldo de cultivo en donde brotan

por doquier espejismos.


La tentación más vieja

de todo ser humano que abraza su destierro

es tratar de aferrarse

a la hora feliz,

no decidirse

a aceptar que el confort que te agasaja

te deposita en los brazos de la inopia.


La asepsia, tan estéril

- dale tiempo-

acaba siendo tu mayor peligro.

Tu enemigo es inmune

a todas tus reservas, te conoce,

vive dentro de ti.


¿De quién, si no,

es la voz pertinaz que te persigue

escupiendo verdades como ascuas?


Que la vida real es lo que ocurre

cuando debes soñar y despertarte,

creer,

desesperar,

reír y padecer a la intemperie.


Y que esa evidencia indiscutible

que nace de tus tripas

no tienes más remedio que asumirla

como tuya.


Y, pariéndola,

por mucho que te duela y te atormente

a gritos pregonarla.


sábado, 23 de marzo de 2024

Cansancio


                                                       Es muy largo el camino.


Y muy cansado.


Pesa

el polvo acumulado

sobre los pies,

que arrastran su desgana

de seguir prodigándose por senderos que existen

porque fueron trazados por la deriva errática

de otros pasos perdidos.


He llegado hasta aquí,

y ya es bastante

haberlo logrado hacerlo casi indemne.


Después de ver las formas tan diversas

con que la vida puede sorprendernos

disfrutar de esta paz ,

este silencio y esta suspensión

total de los sentidos,

no es mucho, pero es más que suficiente,

se diría

que es toda una victoria.


No sé ni dónde estoy,

pero he decidido

que he llegado a mi casa.


Que este espacio baldío y olvidado en los márgenes,

es un lugar tan bueno como otro

para insubordinarse contra la tiranía

de la inercia, que apremia a moverse sin ganas,

porque toca moverse,

sin rumbo y sin destino.


Es tan liberador abandonarse

y dejarse mecer con suavidad

en los brazos mullidos de la abulia...


Ya nada queda hacer, sino esperar la noche

para mirar de nuevo las estrellas

y admirarlas,

sin más,

sin pretender buscar en sus fulgores

los rastros de qué trágico o qué esplendoroso

porvenir nos aguarda.


Acaso sumergirse

en el dulce abandono del espíritu

en algo se asemeje a disfrutar

de una miniversión del paraíso

humana y asequible.


Lo que tenga que ser,

será,

siento por fin

que he encontrado mi sitio.


En mi confort me instalo,

que sea mi futuro

el que venga a buscarme.

lunes, 15 de enero de 2024

Quintaesencia


 

Por mucho que al mirar me transparento,

yo no soy de cristal, porque resisto

-setenta veces más de lo previsto-

que me traten sin mucho miramiento.


De no quebrarme hice juramento

y de tal estoicismo me revisto

que soy como las piedras, ni rechisto

por mucho que me hostigue el sufrimiento.


De acero debo ser mi piel madura,

la vida fue forjando con paciencia,

golpe a golpe, su sólida armadura.


Guarda dentro de mí esa quintaesencia

que aún se sabe llanto y que supura,

gota a gota, dulzor y resiliencia.